lunes, 7 de noviembre de 2011
Caligrafía
Manuscrito: (del latín "manu scriptus", que significa escrito a mano) se trata de un documento que contiene información escrita a mano sobre un soporte flexible y manejable (por ejemplo: el papiro, el pergamino o el papel), con materias como la tinta de una pluma, de un bolígrafo o simplemente el grafito de un lápiz. El manuscrito no tiene que ser necesariamente antiguo; una carta es un ejemplo de manuscrito moderno. Generalmente, con ese nombre se hace referencia a escritos realizados por la mano de escritores importantes en cualquier campo del saber.
Se denomina inscripción al texto que se graba en piedra, metal u otro material duro.
La Historia de los manuscritos es muy antigua siendo parte fundamental de las grandes culturas. Su misión era transmitir conocimientos, relatos o creencias a sus coetáneos, a las siguientes generaciones o a otras culturas. Los escribas del Antiguo Egipto son uno de los más antiguos creadores de manuscritos. El fragmento más antiguo de papiro se descubrió en la tumba de Hemaka, alto oficial del faraón Den (c. 2914-2867 a. C.), en la necrópolis de Saqqara, aunque no han perdurado los posibles signos jeroglíficos escritos en él.
En la época medieval, los monjes fueron los mayores productores y copistas de manuscritos en Occidente, la mayoría de temas religiosos; ellos trabajaban en el scriptorium. El mundo islámico nos ha dejado innumerables manuscritos literarios, científicos y religiosos.
Época Moderna: A mediados del siglo XV el invento de la imprenta por Johannes Gutenberg hizo que los manuscritos no fueran la única forma de documento, distinguiéndose desde entonces entre documentos manuscritos y documentos impresos. La importancia de los manuscritos pasó poco a poco a aquellos documentos manuscritos por gente famosa o importante.
Algunos estudios del siglo XIX, entre los que se encuentran los escritos del Abate Flandrin y de su discípulo Jean Hippolyte Michon, trataron de identificar la personalidad analizando el trazado de los caracteres manuscritos, naciendo de esta forma la grafología.
Época Contemporánea: Nuevos inventos, como las máquinas de escribir o la impresión Offset, supusieron un gran avance en la reproducción de textos. Los teclados digitales, vinculados a la reproducción electrónica de los textos (en pantallas de computadoras, telefonía móvil, celulares, etc.), han dejado el uso de la escritura manuscrita sólo para tareas escolares, personales (anotaciones) o algunas comunicaciones privadas (cartas, postales), siendo la firma el último vestigio de dicha escritura manuscrita.
Los manuscritos pueden presentar diferentes formatos, siendo el más simple una hoja o lámina. Puede componerse de varias hojas «cosidas», que se denomina libro o códice. En la antigüedad se empleó una larga lámina de papiro enrollada sobre un cilindro de madera o hueso que se denominaba rollo (como los Rollos del Mar Muerto). Los más antiguos son los manuscritos sobre papiro y pergamino. Excepto los manuscritos egipcios, ninguno de ellos se remonta más allá del siglo II de nuestra era. Los manuscritos sobre papel de algodón o seda (charta bombycina) fueron muy usados desde el siglo VIII al XIV. Los que están sobre papel de hilo datan como mucho de principios del siglo XIII. Durante la Edad Media, se escribieron muchos libros sobre pergaminos arrancados de antiguos manuscritos y rascados. Se les da el nombre de palimpsestos.
El uso de esta forma antigua de transmisión de la información ha dado lugar en la actualidad a una rama de la arqueología denominada paleografía, encargada de reconocer la procedencia y el contenido de ciertos manuscritos.
Caligrafía: El arte de escribir se denomina caligrafía y está íntimamente relacionado con los manuscritos; es muy posible que la invención de la imprenta hiciera que algunas de estas grafías fueran desapareciendo debido a su desuso (es el caso del Sütterlin en Alemania). En otros idiomas la caligrafía se ha convertido en un elemento esencial de su cultura; estos idiomas son: la Caligrafía árabe, que en idioma árabe, فن الخط fann al-jatt, significa "arte de la línea"; la Caligrafía china, ó 書法 shūfǎ, en la que los ideogramas pueden ser trazados según cinco estilos históricos. Normalmente todos son realizados con pincel y tinta. Estos estilos están ligados intrínsecamente a la historia de la escritura china, Caligrafía japonesa y Shodou que se considera un arte y una disciplina muy difícil de perfeccionar.
La caligrafía occidental o caligrafía latina es la caligrafía basada en el empleo del alfabeto latino, creado por los romanos, y en un sentido más amplio abarca también los trabajos realizados empleando el alfabeto griego o el cirílico.
Orígenes: Los romanos, a golpe de cincel, esculpían sobre piedra las letras capitales, en un alfabeto que constaba únicamente de las que hoy llamamos letras mayúsculas, cuyas armónicas proporciones las han hecho llegar casi sin cambios hasta nuestros días. La omnipresente tipografía Times New Roman de los ordenadores deriva directamente de la forma de las letras romanas, como su nombre da claramente a entender.
Además de las inscripciones en piedra, también escribían los romanos sobre rollos de papiro, bien imitando la letra capital (cuyos apéndices en los extremos de los trazos servían, al tallarlos sobre la piedra, para “cerrar” cada uno de estos y así evitar que la roca se agrietase más allá del final del trazo) o bien en una forma similar pero más simplificada y adaptada al material de soporte denominada “Rústica”. Para documentos más informales, los romanos usaban las letras cursivas, que a lo largo de los siglos acabarían convirtiéndose en nuestras letras minúsculas.
Los romanos fueron sustituyendo los rollos de papiro por los primeros libros, hechos inicialmente con pergaminos (pieles curtidas de animales) doblados por la mitad. Durante toda la Edad Media los monjes copiaron códices manuscritos, generalmente textos sagrados, sobre pergamino en los Scriptoria de sus monasterios. Para ellos, la caligrafía era mucho más que un trabajo: era una forma de oración.
El resultado de su dedicación fue una forma de arte: complejísimas iniciales llamadas capitulares o versales, por estar situadas al principio de cada verso, diminutas ilustraciones llamadas iluminaciones (en sentido estricto este nombre se debería aplicar solamente a las que se realizaban empleando profusamente el pan de oro. El brillo de este material es la que da lugar al nombre de las ilustraciones que emplean esta técnica).
A lo largo de los siglos, nuevas letras como la U y la J aparecen en el alfabeto, así como la distinción entre mayúsculas y minúsculas, los acentos y signos de puntuación. El estilo de las letras evoluciona también en función de influencias culturales y de innovaciones técnicas en materiales y soportes. Así aparecen multitud de variantes:
A partir de las escrituras romanas se derivaron en la más temprana edad media las escrituras uncial y semiuncial, que alcanzan su más alta expresión artística en los manuscritos célticos de los monjes irlandeses.
Posteriormente, el emperador Carlomagno encarga al monje Alcuino de York la creación de una escritura que será uniformemente empleada en todos los documentos de su imperio: Es la escritura carolina o carolingia.
De esta escritura surgirán más tarde y a lo largo de la Edad Media, las escrituras gótica, lombarda y otras; en el renacimiento ve llegar las escrituras humanísticas: rotunda, cancilleresca...
La invención de la imprenta hace disminuir enormemente la producción de manuscritos, pero aun así, en la Inglaterra del siglo XVIII se desarrollan una serie de caligrafías cursivas de gran belleza, como la Copperplate.
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